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POZNAN (Enviado especial) -- Nada de bizcochitos ni paseos fáciles. Italia, España, Irlanda y Croacia jugaron con honor y deportividad y salieron dos partidos muy equilibrados, reñidos y sufridos.
Al final, la Roja superó justo sobre la hora a Croacia por la mínima diferencia y, así, conquistó la primera plaza del Grupo C de esta EURO2012, mientras que la Azzurra, con un difícil pero merecido 2 a 0 contra Irlanda, se trepó al segundo escalón y pasó el turno.
EFEItalia ahora piensa en los cuartos de final
Estando en la cancha, en Poznan, con dos partidos en contemporánea, claramente fue imposible seguir el match de los españoles. Tenemos entendido que el desafío de Gdansk fue muy equilibrado.
Al final España cumplió y superó el turno, pero otra vez más anotó poco y, en esta ocasión, sólo sobre el final, arriesgando también de perder el primer puesto (con 0 a 0 pasaba Italia primera) o de verse eliminado sobre justo al último respiro.
Ese resultado confirma que el conjunto de Bilic tiene gran nivel y, claramente, le da todo otro valor al partidazo que los muchachos de Prandelli habían jugado contra los balcánicos: un encuentro que los italianos podían vencer por goleada, antes de dormirse en el complemento.
Regresando al partido del lunes, disputado en el Stadion Miejski de esta ciudad polaca, hay que subrayar como primera cosa la gran performance de los verdes. Es evidente que al conjunto de Trapattoni le falta mucho sobre el plano técnico, pero física y tácticamente está muy bien preparado.
Así, en el único partido que no cometieron errores graves (cosa que hicieron tanto con Croacia que con España), los irlandeses le dieron de que sudar a un seleccionado poderoso como el italiano.
En ese sentido, la Nazionale demostró grandes dificultades a la hora de enfrentarse a un equipo tan fuerte sobre los planos de la fisicidad y de la garra. De todas maneras, también en un planteo así la Azzurra supo salirse con la suya.
El equipo cisalpino bajó cambiando totalmente el discurso táctico respecto a los antecedentes encuentros y se paró 4-3-1-2, con uno entre Thiago Motta y Marchisio turnándose para jugar entre líneas.
La cosa no funcionó muy bien y los azzurri sufrieron mucho, mientras que los irlandeses, sin nada que perder ni ganar, jugaron relajados y lucieron estar muy cómodos en la espera de su rival, para luego salir con contras en velocidad.
Italia, sin embargo, no se desanimó y, al revés, luchó con corazón, que era lo único que aún no había mostrado en esta Eurocopa. Prandelli, evidentemente, se dio cuenta de que su equipo no encontraba las medidas parado de esa manera y estuvo en pie por todo el tiempo, llamando y gritándoles a sus muchachos.
Esta vez estuvimos demasiado lejos y, sobre todo, con unos dos mil irlandeses cantando por todo el tiempo justo a nuestras espaldas; así que fue imposible escuchar lo que él decía. Pero no fue difícil imaginárselo.
El de la hinchada, más allá del mal de cabeza que nos hicieron venir, fue otro valor adjunto para Irlanda, que parecía jugar en casa tantos fueron los hinchas que llegaron aquí y tanto se hicieron escuchar.
De todas maneras, a pesar de que la tarde se le ponía evidentemente mal a los azzurri, al minuto 35 llegó el gol de Cassano, quien increíblemente le anotó de cabeza en jugada de tiro de esquina a un cuadro especializado en el juego aéreo.
Esa paradoja del fútbol fue también un estímulo importante para la Nazionale, que logró controlar el match hasta el final de etapa (creando también alguna otra ocasión) y luego bajó muy concentrada en el complemento, decidida a cerrar el trámite.
En eso, a Italia le faltó puntería y frialdad. Así, a pesar de las buenas ocasiones cosechadas, el segundo no llegó. Luego Prandelli empezó a mostrar su poca tranquilidad, evidente en su actitud corpórea y empeorada por la lesión de Chiellini al doceavo (sustituido por Bonucci), y puso un cambio muy discutible, también porque fue bastante tempranero: afuera Cassano y adentro Diamanti.
Sin su "diez" el equipo azzurro mermó mucho y dejó de ser tan peligroso. No que el recién entrado haya estado mal, pero con esa movida al cuadro azzurro le faltó una referencia adelante, porque Diamanti jugó fundamentalmente muy atrasado, prácticamente en la media cancha.
El partido se puso otra vez complicado. Irlanda tuvo alguna ocasión para empatarlo, pero la Azzurra daba la impresión de poderlo controlar. Entró Balotelli por Di Natale y, desde ese momento, casi todos los balones que subían regresaban de inmediato, lo que le puso aún más presión a la defensa italiana.
Pero a esa altura, en la cancha, eran muy pocos los que miraban realmente concentrados el partido que se estaba jugando. Todos los periodistas teníamos un ojo clavado en el campo y otro en los monitores. Los hinchas no dividieron sus ojos pero usaron los oídos, escuchando las radios. Todo para saber como iba el otro partido entre España y Croacia, fundamental para pasar el turno.
A pocos minutos desde el final llegó la notica del 1 a 0 de Navas y la desilusión de los hinchas italianos pareció darle un empujón a Italia, que salió con todo a buscar el segundo y lo encontró al último minuto, con una gran chilena de Balotelli en jugada de tiro de esquina (la otra paradoja de este partido: ¡la primera vez que Cassano y Mario no jugaron juntos, anotaron los dos!).
Cuando se acabó el match de Italia, ningún azzurro abandonó su lugar ni se atrevió a festejar: en Gdansk aún se estaba jugando y un gol de Croacia hubiese dejado a la Nazionale afuera.
Más o menos un minuto más tarde terminó 1 a 0 para la Roja y los italianos finalmente pudieron festejar, contentos de que su camino europeo siga para adelante.
Vale también la pena aclarar que no hay tampoco que lamentarse, aún, por el hecho de haber llegado segundos. En efecto, considerando como decíamos antes cuanto sufrió Italia contra la fisicidad de Irlanda, no está dicho todavía que llegar primeros hubiese sido mejor, por lo menos respecto al encuentro de los cuartos.
Todo depende de cómo terminará la zona D: en estas condiciones, el peor rival que podría tocarle a la Azzurra en el próximo turno es Inglaterra, equipo muy duro y físico.
De todas maneras lo importante era pasar y la satisfacción de los italianos fue evidente tanto en la cancha, con sus festejos y sus abrazos, cuanto en las declaraciones posteriores. Prandelli, visto desde cerca, más que contento se vio cansado como quien se quita un peso desde las espaldas. Pero sin dudas estaba también muy feliz.
Italia, de una manera o de otra, está en cuartos. Eso es lo que cuenta. Ahora nadie querrá cruzarse en su camino y, sin duda alguna, la Nazionale es uno de los candidatos para llegar hasta el fondo.
Especialmente ahora que se obtuvo este triunfo tan importante no sólo para la clasificación, sino también para la confianza d eun grupo joven que puede crecer todavía más.

Federico Manfredo nació en Buenos Aires, pero vive en Italia desde 1998. Allí comenzó su carrera periodística, en medios radiales y televisivos. Desde setiembre de 2009 es el corresponsal en Italia de ESPNdeportes.com. Consulta su archivo de columnas.



FILADELFIA -- Los que están en busca de la innovación y el manejo revolucionario de las alineaciones rara vez acuden a una sesión de medios de Jim Tracy para encontrarlo.
En todo caso, Tracy es a menudo criticado por ser suave y predecible. Sin embargo, en una sesión inesperada, extraña y desconcertante con los periodistas antes del juego del martes en Filadelfia contra los Rockies de Colorado, Tracy entregó lo que podría ser la decisión de béisbol más ortodoxa hecha en años.
En lo que equivale a una revisión total de su cuerpo de lanzadores, Tracy dijo primero que Colorado enviaría al bullpen al lanzador en dificultades Jeremy Guthrie, (OK, hasta ahora todo es bastante normal), y que en lugar de reemplazarlo en la rotación, los Rockies jugarían con un cuerpo de cuatro lanzadores abridores limitados a 75 lanzamientos por salida. ¿Qué?
¿Inteligente? Umm, ¿quién sabe? ¿Radical? Por supuesto. Es una decisión que podría haber sido tomada sólo por un manager con un contrato "indefinido".
"Teníamos que hacer algo que fuera poco convencional", dijo Tracy.
Esto es lo más poco convencional que se puede ser.
En primer lugar, aquí está la razón: Esta temporada, los abridores de las Grandes Ligas tienen un promedio de efectividad de 4.14 y 1.316 de WHIP, se han lanzado 5.96 entradas por salida, y han permitido un .735 de OPS. Por el contrario, los abridores de los Rockies se han combinado para un promedio de efectividad de 6.29 y 1.728 de WHIP, han lanzado sólo 5.2 entradas por salida, y han permitido la friolera de .915 de OPS, lo cual sería como enfrentarse a Andrew McCutchen (.923 OPS) durante cada turno al bate .
Dos relevistas de los Rockies están entre los cinco primeros relevos con más entradas lanzadas en esta temporada, incluido Josh Roenicke, quien encabeza las Grandes Ligas con 41 entradas lanzadas en el bullpen. En conjunto, los relevistas de los Rockies han lanzado 234 entradas, la cantidad más alta de la liga.
Guthrie está en la carrera por la "distinción" de ser el peor abridor de las Grandes Ligas. "No se beneficia el club ni a sí mismo (por estar en la rotación)", dijo Tracy sobre porqué Guthrie fue movido al bullpen. "Lanzamos demasiadas entradas con el bullpen".
Así que si esta es la nueva era del pitcher, bueno, alguien olvidó decirle al personal de los Rockies.
En segundo lugar, ¿cómo es exactamente que un equipo de cuatro hombres va a limitar el número de entradas lanzadas por el bullpen? Esa es la parte difícil. La respuesta es que probablemente no lo hará. De hecho, es probable que los relevistas de los Rockies tiren aun más entradas con esta alternativa.
Pero el plan de Colorado es para limitar las entradas lanzadas por sus relevistas más importantes y eficaces. Así que en lugar de que Roenicke y Matt Belisle tengan que lanzar entradas múltiples o en juegos asimétricos, ahora Guthrie y Guillermo Moscoso se convertirá en relevistas largos que lanzarán con regularidad.
Es bastante impresionante que un manager, en esencia, admita que su rotación está en mal estado, y probablemente continuará en mal estado, lo suficiente para que el equipo pueda también tener dos tipos de limpieza asignados a un trabajo regular. El punto del plan, por supuesto, es que Colorado tendrá que vigilar las entradas lanzadas por los novatos, Drew Pomeranz y Christian Friedrich, de ahí el límite de 75 lanzamientos.
"Tenemos dos novatos en la rotación, por lo que tienes que ser muy cuidadoso", dijo Tracy. "No se les puede dar rienda suelta con tres días de descanso".
Tracy dijo que el cuerpo técnico de Colorado había pensado en este plan durante las últimas semanas después de ver las dificultades de Guthrie. Ciertamente, el colmo tuvo que haber sido la última apertura de Guthrie, de tres entradas, ocho imparables, tres carreras frente a Detroit, que envió su promedio de efectividad a 7.02, el peor de cualquier lanzador con más de 10 aperturas.
Tracy parecía casi sorprendió al hablar con los periodistas sobre el plan. Obviamente, esto no es lo que esperaba antes de la temporada cuando los Rockies eran la selección favorita para ganar la División Oeste de la Liga Nacional. En su lugar, sólo unos minutos antes de incorporarse al terreno para la práctica de bateo del martes, Tracy reunió a su cuerpo de lanzadores y les dio a los jugadores la sorprendente noticia.
El asterisco en el plan es que nada es definitivo. Tracy reconoció que cualquier cosa puede ser modificada si uno de sus titulares se destaca durante una salida particular. El límite de 75 lanzamientos puede ser ignorado. Caramba, si Guthrie lanza bien de relevista, no es inconcebible pensar que pueda ser colocado de nuevo en la rotación.
Por las últimas semanas, hay informes de que Colorado ha buscado negociar a Guthrie, quien cobra $8,2 millones esta temporada, el salario más alto en el cuerpo de lanzadores, con exclusión del lesionado Jorge De La Rosa. Un descenso al bullpen no lo ayudará a su mercado de comercio. Pero la única manera de Guthrie para recuperar algún valor comercial es lanzar bien, y tal vez lanzar en el bullpen es la solución.
"No sabemos lo que va a salir de esto", dijo Tracy.
Oye, démosle crédito a Tracy -- por lo menos no fue soso ni aburrido.