miércoles, 20 de junio de 2012

HÉROES PRÓCERES DE HONDURAS


JOSE TRINIDAD CABAÑAS
José Trinidad Cabañas Fiallos (n. Tegucigalpa, Honduras; 9 de junio de 1805 - m. Comayagua, Honduras; 8 de enero de 1871) fue un militar y político hondureño que fue Presidente de la República de Honduras (1852-1855) y un defensor de las ideas liberales que apoyó la unión de Centroamérica.
Es considerado prócer y una de las personas más honradas de la historia de Honduras. Durante su periodo de presidente sostuvo que: "No se trata de fundar la República de algunos, si no la República de todos". En su estatua erigida en el Parque "La Mercedes", de Tegucigalpa, puede leerse: "Al Heróico Soldado de la unión centroamericana. Al guerrero modelo de constancia, de honradez y de valor".

José Trinidad Cabañas nació en Tegucigalpa el 9 de junio de 1805. Es hijo de José María Cabañas Rivera y Juana Fiallos. Fue bautizado por el padre Juan Francisco Márquez el mismo día de su nacimiento, su fe de bautismo se encuentra en el folio 98 del Registro Eclesiástico de la Iglesia Parroquial de San Miguel de Tegucigalpa y lo registra como español.
En el Colegio Tridentino de Comayagua, realizó estudios de gramática latinateología y filosofía.
Vida militar
En 1827 cuando las fuerzas de Justo Milla invadieron y situaron Comayagua y derrocaron al Gobierno de Dionisio de Herrera, Cabañas, con 22 años de edad, prestó su cooperación en defensa del gobierno; se presentó ante Dionisio de Herrera con sus tres hijos y dijo:
«Señor, el peso de mis años no me permite acompañaros al campo de batalla pero aquí tenéis a mis tres hijos que pueden lo que yo debiera hacer, dispuestos a derramar su sangre al pie de la bandera que defendéis».
Fue así como ingresó al ejército de la República Federal de Centroamérica, donde fue lugarteniente del General Francisco Morazán y llegó a ser general del Ejército federal, ganando liderazgo político y militar, lo que le valió ser Diputado de la Asamblea Constituyente de 1830.
La primera experiencia militar de Cabañas fue en la Batalla de La Trinidad el 11 de noviembre del mismo año. Participó además en las batallas de San Salvador, Las Charcas, y además, destacó en las Batalla del Espíritu Santo y en la Batalla de San Pedro Perulapán —llevada a cabo en territorio salvadoreño—, ocurridas el 6 de abril y el 25 de septiembre de 1839, respectivamente.
El 13 de noviembre de este mismo año, venció a las fuerzas del general José Francisco Zelaya y Ayes, en la Batalla en el Sitio de la Soledad, en inmediaciones de Tegucigalpa, y luego fue derrotado por el mismo general el 31 de enero de 1840 en Los Llanos del Potrero.
Tras la derrota liberal de 1840, Cabañas y el general Francisco Morazán se retiraron de Guatemala y se exiliaron en Panamá. Luego Cabañas viajó a Costa Rica.
Cabañas, estableció una leal amistad con el General Francisco Morazán, a quien, como dice el General Luis Maldonado, le decía "Mi Amado General" en su correspondencia. Tras la de la muerte de este, en Costa Rica el 15 de septiembre de 1842, el General Cabañas expresó su descontento: «No es posible. A nosotros nos pueden fusilar, pero al general Morazán no... ese sería un crimen hacia Centroamérica...», luego regresó a El Salvador donde vivió por varios años y colaboró en el gobierno de los presidentes salvadoreños Eugenio Aguilar y Doroteo Vasconcelos. Fue Ministro de Guerra en diciembre de 1850 y fue vencido en la Batalla del Sitio de San José, de la Arada, el 2 de febrero de 1851.
[editar]Presidencia
Durante su período, con José Santiago Bueso Soto como Vice-Presidente, Cabañas realizó importantes obras para fomentar la instrucción pública, la agricultura y la minería, así como esfuerzos significativos para mejorar el cultivo del café y la Instrucción Pública. Fue el primer impulsor del ferrocarril, el café y la artesanía de junco. Era un presidente educador, que impuso impuestos a la exportación de ganado y madera para establecer las primeras 50 escuelas públicas pagadas por el erario nacional.
Mientras Trinidad Cabañas residía en la ciudad de San Miguel, fue comunicado por una Comisión de Senadores formada por Francisco López, Vicente Vaquero y León Alvarado, de los resultados de las elecciones celebradas en Honduras a finales de 1851, en las que él había sido elegido como Presidente de Honduras. La Asamblea Legislativa de Honduras le envió el Decreto de Elección como Presidente Constitucional de Honduras, prestó la promesa de Ley y tomó posesión del cargo el 1 de marzo de 1852.
Con el objetivo de restablecer la Federación, Cabañas fue nombrado como Vice Jefe de Estado por la Asamblea Constituyente de Centroamérica, reunida en Tegucigalpa el 13 de octubre de1852. Sin embargo Cabañas rechazó dicho cargo y manifestó: «No estoy preparado para tan alto cargo, soy un soldado, no tengo conocimientos de la administración pública», por lo que el Vicepresidente Pedro Molina asumió las tareas de celebrar asambleas en El Salvador y Nicaragua.
El 23 de junio de 1853 firmó la primera contrata para la Construcción del Ferrocarril Interoceánico de Honduras, para comunicar Omoa con Amapala, proyecto que se venía gestando desde 1590 pero que fue engavetado por el Consejo de Indias y realizado en Panamá. Como dicha idea requería de empréstitos de la banca extranjera, Cabañas, vio esta opción como un peligro a la enajenación y perdida de la soberanía nacional, por lo que desistió y el proyecto fue llevado a cabo en el gobierno de José María Medina.
[editar]Guerra con Guatemala
En 1853, Cabañas nombró a José Francisco Barrundia, Ministro Plenipotenciario en Washington. Durante este año, fueron constantes los hostigamientos del Presidente guatemalteco, el generalRafael Carrera hacia el general Cabañas. Por ello, Cabañas depositó la presidencia del país en el general José Francisco Gómez y Argüelles durante el periodo del 9 de mayo al 31 de diciembre de 1853, para conducir en forma personal la campaña militar contra Guatemala e instaló en Gracias su cuartel general.


Estatua en honor de José Trinidad Cabañas. Localizada la ciudad de Tela, departamento deAtlántida.
Volvió a la presidencia el 1 de enero de 1854 y se enfrentó a condiciones políticas difíciles. En julio de ese mismo año envió una columna militar hacia Nicaragua bajo la jefatura del General José Francisco Gómez y Argüelles, quien murió atacado por el Cólera el 25 de julio de 1854, sin lograr los objetivos de imponer los partidarios de la vieja Federación. Debido a los intentos de Cabañas de restablecer la Federación Centroamericana y a sus conflictos con el gobierno conservador de Rafael Carrera, este declaró que su objetivo en Honduras era derrocar al General José Trinidad Cabañas, lo cual logró apoyando a los conservadores hondureños, quienes, encabezados por el General Juan López, invadieron el país y derrotaron a Cabañas en la batalla de Masaguara, en los llanos de Santa Rosa y Gracias el 6 de octubre de 1855, obligándolo a renunciar a la presidencia y a refugiarse en El Salvador. El general Juan López llamó al Vicepresidente José Santiago Bueso Soto a desempeñar la titularidad del Ejecutivo, el 18 de octubre del mismo año.
Cabañas inmediatamente de llegar a El Salvador, viajó a Nicaragua a solicitar apoyo para recuperar la presidencia de Honduras, al presidente nicaragüense Patricio Rivas, quien no se lo brindó por supuestas influencias del venturero William Walker. Así que regresó a El Salvador, donde vivió muchos años y en su estadía sirvió como ministro y gobernador civil y militar de San Miguel en el gobierno de su amigo Gerardo Barrios(1858-1863).
Últimos años
Durante los últimos años de su vida, el General Cabañas se retiró de la política y pudo regresar a Honduras en 1867 y establecerse enComayagua. En Honduras, inició una campaña contra la presencia del Williams Walker en Centroamérica, luego fue nombrado por la administración del Presidente José María Medina como Intendente de la Aduana de Trujillo. Cabañas falleció el 8 de enero de 1871, a la edad de 65 años.
Luego de su muerte, el gobierno de Honduras le otorgó el título de "Soldado de la Patria" y la República de El Salvador nombró Cabañas a uno de sus departamentos, en su honor. Sus restos descansan en la Iglesia de San Sebastián de Comayagua.

Dionicio de herrera
José Dionisio de la Trinidad de Herrera y Díaz del Valle (* 9 de octubre de 1781, Choluteca, Honduras — † 13 de junio de 1850, San Salvador, El Salvador) fue un abogado y político hondureño y centroamericano, gran representante del liberalismo y uno de los centroamericanos más ilustrados de su época.
Fue el autor del Acta de Independencia de Honduras y de la primera Constitución de Honduras.
Elegido primer Jefe Supremo del Estado de Honduras1 en 1824 y destituido en 1827 por los conservadores de Guatemala tras una insurrecciónclerical dirigida por el canónico Irías. Su gobierno siguió una línea progresista, a través de la cual organizó el estado hondureño.2 Además, trató de fomentar la agricultura, la industria, y la inmigración entre otras cosas. Por estas razones, en Honduras se le considera, el 'Padre de la Patria'.3
Enviado como pacificador a Nicaragua por el Gobierno Federal, fue electo Jefe Supremo del Estado,4 cargo que ejerció de 1830 a 1833.
En 1834 fue elegido Jefe Supremo del Estado del Salvador,5 pero no aceptó su nombramiento. Se retiró de la política en 1838.
Poseía notables dotes intelectuales, se distinguió por la firmeza de su carácter y se le reconoció además, como hombre de circunspección y tino.6 Llegó a ser el único político en la historia de Centroamérica electo popularmente Jefe de tres Estados.

Familia

Dionisio Herrera fue hijo primogénito de don Juan Jacinto Herrera quien fue Alcalde Provincial de la Villa de Choluteca desde 1793. Su madre fue Paula Díaz del Valle Izaguirre, hermana de la madre del prócer de la independencia centroamericana, José Cecilio del Valle.
Su esposa fue Micaela Quezada Borjas, con quien llegó a procrear 9 hijos. Doña Micaela era hermana de la madre del General Francisco Morazán, de quien Herrera fue tutor.7

Formación

Dionisio Herrera estudió en la Universidad de San Carlos Borromeo de Guatemala, donde por aquel tiempo, y gracias a los esfuerzos de los señores Villaurrutia, Ramírez, Goicoechea y Cañas, se había extendido y mejorado el plan de enseñanza. Se habían abierto escuelas de dibujo, asimismo se habían adoptado cursos de filosofía y otras notables reformas. Le tocó al joven Dionisio Herrera aprovechar esta favorable circunstancia, y debido a ella y al estudio que hizo de la historia y de los filósofos y escritores franceses más profundos (Rousseau, Montesquieu,Diderot, d'Alembert), "era ya un literato y un hombre de estado, de pensamiento y acción", cuando se declaró la independencia del Centro de América.7
Al terminar sus estudios, se gradúo de abogado con la tesis "La Ley". Luego regresó a Honduras, donde estableció su biblioteca personal (una de las más completas de la época), compuesta principlamente por obras en francés (idioma que dominaba así mismo, como su lengua materna), a través de la cual propagó las ideas liberales. Ésta fue incendiada por sus opositores políticos, al considerar que estaba compuesta por "librosherejes".7

Su papel en la independencia de Honduras

Después de haber obtenido el título de abogado en la Universidad de Guatemala, Herrera se establece en la entonces Villa de San Miguel Arcángel de Tegucigalpa (desde 1818). El 7 de agosto de 1820 ocupó su primer cargo público al ser nombrado Secretario del Ayuntamiento en la administración del último Alcalde español, Narciso Mallol. Sin embargo, Herrera era independentista y fue organizador de tertulias donde se comentaban los sucesos de España, México, las luchas de Bolívar y San Martín. En julio de 1821 fue diputado suplente a las Cortes para la aceptación de la Constitución de Cádiz.8
El 15 de septiembre de 1821 se proclamó la independencia de los pueblos del Centro de América en la Ciudad de Guatemala. Al llegar la noticia a Honduras, Herrera redactó el Acta de Independencia de las entonces todavía separadas provincias de Comayagua y Tegucigalpa, anunciado el 28 de septiembre en ambas provincias.
Sin embargo, dentro de poco se produjo una confrontación entre Comayagua, tradicionalmente conservadora, y la liberal Tegucigalpa sobre el asunto de unión al nuevo Imperio Mexicano. Mientras que los conservadores la aprobaban, los liberales guardaban lealtad a Guatemala y abogaban por una independiente república federal centroamericana, a modelo de los Estados Unidos. A pesar de la resistencia de Herrera y sus compañeros de partido, finalmente se dio la unión a México. Sin embargo, ésta se terminaba ya dentro de un año, con la caída del emperador Agustín I.

Primer Jefe Supremo del Estado de Honduras (16 de septiembre de 1824 — 10 de mayo de 1827)

Después de que Centroamérica se independizó de México, Herrera fue nombrado gobernador de la provincia de Tegucigalpa, en fecha 23 de marzo de 1823. En esta calidad hacía efectiva la fusión de las provincias de Comayagua y Tegucigalpa en Estado federal de Honduras. Con este objetivo fue convocada el 29 de agosto de 1824 una Asamblea Constituyente, que se reunió en la localidad de Cedros y su primer presidente fue el Doctor Pedro Nolasco Arriaga y el secretario fue el Licenciado Miguel Rafael Valladares. Mediante el acuerdo de fecha 16 de septiembre de 1824esta Asamblea efectuó la unión de ambas provincias (Comayagua y Tegucigalpa) y se eligió al Licenciado Dionisio de Herrera como Primer Jefe del Estado de Honduras y como vicejefe fue elegido el Teniente General José Justo Milla, de orientación conservador.

Primera Constitución de Honduras

Junto con su sobrino, el General Morazán, al que nombró Secretario General, Herrera fue el principal autor de la primera Constitución del Estado, promulgada el 11 de diciembre de 1825 y efectiva hasta la separación de Honduras de la República Federal de Centro América.
Siendo redactada por Herrera, la Constitución llegó a tener un carácter eminentemente liberal. Al igual que la Constitución de los Estados Unidos, fijaba los derechos fundamentales y limitaba losprivilegios de la Iglesia Católica.
Es notable la abolición de la esclavitud, décadas antes que lo hicieran Rusia en 1861 y los Estados Unidos en 1863.
Entre otros, se puede señalar el establecimiento de derechos que gozarían prisioneros y acusados en espera de sentencia, el respeto a la privacidad de los ciudadanos, determinando que solo podían decomisarse como prueba los papeles personales en caso de traición a la patria y que su publicación era imprescindible para constatar la verdad.

Primera división territorial de Honduras

Durante su gobierno se decretó la primera división territorial de Honduras al crearse los primeros siete departamentos:
§  Choluteca,
§  Comayagua,
§  Gracias (hoy día es el departamento de Lempira),
§  Olancho
§  y Yoro.

Escudo de armas del Estado de Honduras


El 3 de octubre de 1825 en la Jefatura de estado del Licenciado don Dionisio de Herrera se emitió el Decreto No.16 con el cual se crearía el escudo de armas del Estado de Honduras, dentro del artículo 142 una de las interpretaciones para este escudo de armas, es el de la imagen. Después de que Honduras se separó de la República Federal de Centroamérica, se proclamo como un Estado libre e independiente se acordó que se emplearía como escudo de armas el siguiente bosquejo, que hasta hoy es el vigente y acordado por el Congreso Nacional y ratificado mediante decreto como símbolo patrio el 10 de enero de 1935.

Otras disposiciones

Algunas de las otras disposiciones emitidas durante la Jefatura de Herrera fueron las siguientes.2
§  Creación de un fondo de la rehabilitación para trabajos mineros.
§  Creación de la Secretaría de Hacienda.
§  Reglamentación de la visita de Cáceres.
§  Declaratoria del Estado de Honduras libre y soberano en su régimen interno.
§  Se aprobó la ley sobre el monopolio del tabaco como renta del Estado, parte de la cual afectada por el pago de la cuota correspondiente a Honduras en el Presupuesto Federal.
§  Se organizaron las Tertulias Patrióticas a fin de explicar a la ciudadanía el contenido de la Constitución.
§  Se oficializó la celebración de fiestas patrias, el 15 de septiembre de 1825.8

Conflicto con la Iglesia y rebelión del canónico Irías

La política liberal de su gobierno hizo con que don Dionisio Herrera muy pronto tuvo que enfrentar un drástico conflicto con el clero, ante todo, con el vicario y provisor (Obispo interino) de Comayagua José Nicolás Irías Midence, con pretensiones al Obispado de Honduras. Se hizo enemigo personal de Herrera y por medio de los clericales hacía creer al pueblo ignorante que el Jefe era francmasón, hereje y enemigo de la Iglesia.
El conflicto culminó el 1 de noviembre de 1826 con un atentado contra la vida de Herrera en su propia casa, cuando balazos desde la calle pusieron en peligro no tan sólo su vida, sino también la de sus familiares. Al fracasar el atentado, Irías fue puesto bajo arresto domiciliario por orden de Herrera. Sin embargo, logró escapar, sublevando la población en varias partes rurales, haciendo con que sus partidarios apoyaran el movimiento clerical en Tegucigalpa (donde ocurrió un intento fallido por apoderarse del cuartel en enero de 1827), Gracias, "Los Llanos" era Santa Rosa de Copán antes, Santa Bárbara y Olancho. En Tegucigalpa, una multitud de fanáticos, instigada por los clericales, que llamaban a destruir "libros herejes", quemó la rica biblioteca de Herrera, compuesta por obras de enciclopedistas franceses.9 En diciembre de 1826 Irías excomulgó a Herrera.
El Gobierno tuvo que enfrentar una verdadera guerra, mandando tropas para poder combatir la rebelión clerical.

Caída y apresamiento de Herrera

Al mismo tiempo Herrera entró en conflicto con el Gobierno Federal del Presidente Manuel José Arce. Éste último, quedándose sin el apoyo de su partido, el liberal, había disuelto en octubre de 1826 el Congreso y el Senado con tal de establecer un sistema centralista o unitario y se había aliado con los conservadores. Como resultado, se produjo un conflicto entre el Gobierno Federal y los Estados, pronunciándose en contra Dionisio Herrera y Mariano Prado, Jefe del Estado del Salvador.
Como consecuencia, Arce mandó a Honduras tropas comandadas por el teniente general José Justo Milla Pineda, ex Vicejefe de Herrera, para apoyar el movimiento de Irías. El 4 de abril de 1827 comenzaba el asedio de Comayagua. El 10 de mayo, después de 36 días de sitio, la plaza fue rendida gracias a la traición del jefe militar Fernández. Herrera fue hecho prisionero y enviado a Guatemala, donde permaneció en prisión a lo largo de dos años. En 1829 fue liberado por el General Morazán, luego de la "Batalla de Las Charcas" y la invasión a Guatemala.

Diputado Presidente del Consejo Directivo

Desempeñando el cargo de Diputado Presidente del Consejo Directivo en 1830, ratificó la Capitulación de las "Vueltas del Ocote", negociadas por el General Francisco Morazán en Olancho el 21 de enero del mismo año.8

Jefe Supremo del Estado de Nicaragua (10 de mayo de 1830 — diciembre de 1833)

En 1830 el Gobierno Federal del Presidente Morazán envió a Herrera como pacificador al Estado de Nicaragua, dominado por la anarquía y la guerra civil. Logró pacificar Nicaragua y concluir la guerra, y el 1 de noviembre de 1829 la Asamblea Legislativa, reunida en la ciudad de Rivas, lo eligió como nuevo Jefe Supremo del Estado de Nicaragua.
Asumió el 10 de mayo de 1830. Hizo practicar elecciones para el Congreso, que luego lo designó como Jefe de Estado para cuatro años.
A pesar de que Nicaragua estaba pacificada, los círculos serviles o conservadores seguían obstaculizando la obra del gobierno liberal e instigaban la población en contra de Herrera. En 1833algunas municipalidades del país se opusieron al Gobierno Federal, exigiendo la renuncia de Herrera. Presionado por la Asamblea Legislativa, Herrera presentó su dimisión (1 de marzo de 1833), sin embargo, era tal su popularidad, que de inmediato hubieron fuertes agitaciones públicas por todas partes, y el Cuerpo Legislativo, temerario, se vio obligado a llamarlo de regreso a su cargo (4 de marzo).10
Con su regreso los conservadores no tardaron en iniciar una sublevación en varias poblaciones donde ejercían influencia, entre éstas, Managua, Masaya, Matagalpa, Metapa, Chocoyos yNandaime.11 Sin embargo, con las victorias en la vuelta de Delgado y en Masaya el Gobierno logró fortalecer sus posiciones y con la toma de la plaza de Managua estaba asegurado el triunfo completo.
Al ser encontrados en Managua bustos y miniaturas de Fernando VII, demostrando que la rebelión era en beneficio de la monarquía española,12 Herrera dio una proclama en Managua, presentando las verdaderas intenciones de los caudillos revolucionarios, diciendo que estos bustos y medallas iban a ser remitidos a los demás Estados federales, para que Centroamérica "comprendiera el origen de la guerra, sus autores y el fin a que éstos se dirigían" (19 de julio).13
Al establecer la paz, Herrera proclamó la amnistía general, ganándose la disposición y el respeto de la población (17 de julio). Antes que terminara el período de su gobierno, la Asamblea emitió decreto aprobando su conducta y declarando legal su autoridad.14
Herrera abandonó el cargo de Jefe del Estado de Nicaragua a finales de diciembre de 1833,15 siendo sustituido por el Consejero Benito Morales para terminar su período constitucional.

Jefe Supremo electo del Estado del Salvador (14 de octubre de 1834 – 2 de marzo de 1835)

En 1834 fue elegido Jefe del Estado del Salvador, pero no aceptó el cargo, creyendo que su elección no era legal según el orden de la sucesión.16 Su renuncia no fue admitida sino hasta el 2 de marzo de 1835, frente a su insistencia; durante ese período estaba ejerciendo el Poder Ejecutivo el Vicejefe José María Silva, electo junto con Herrera.

Diputado y Vicepresidente de la Asamblea Constituyente de 1838

En 1838 fue electo Diputado por el Distrito de Nacaome y Vicepresidente de la Asamblea Constituyente. El 12 de noviembre de 1838 la Asamblea se pronunció a favor de la separación de Honduras de la República Federal de Centro América, en contra de la voluntad de Herrera.8
Con la proclamación de la segunda Constitución de Honduras (11 de enero de 1839) Herrera se retiró de la política.

Su vida y muerte en El Salvador

En diciembre de 1849 se trasladó junto con su familia a El Salvador, donde trabajó como maestro de la escuela primaria en la ciudad de San Salvador.
El 30 de mayo de 1850 dictó su testamento y el 13 de junio del mismo año falleció en la misma ciudad. Desde 1897 sus restos descansan en la Iglesia El Rosario.

Homenaje y patrimonio

Dionisio Herrera es honrado altamente hasta hoy, sobre todo en Honduras, su Patria. Entre otras cosas, una de las máximas condecoraciones estatales del país es la "Orden Dionisio de Herrera", y su imagen aparece en el billete de 20 lempiras. Además, llevan su nombre múltiples calles, lugares y escuelas. Su casa natal en Choluteca forma parte del patrimonio cultural nacional.
Jose trinidad reyes
El Padre José Trinidad Reyes y Sevilla (11 de junio de 1797 - † 20 de septiembre de 1855) es considerado prócer de Honduras y es el fundador de la Universidad Autónoma de Honduras, usada anteriormente como Casa de Gobierno "La Sociedad del Genio Emprendedor y del Buen Gusto".
Fue un luchador contra la pobreza y sus causas, asistiendo a los pobres e insistiendo en su derecho a la educación no sólo en asuntos de la fe, sino también en asuntos seculares como la cultura y las ciencias.
Como aportes a la cultura escribió varias pastorelas, reconstruidas por Rómulo Ernesto Durón, las cuales son las primeras manifestaciones teatrales en Centro América, y cuya representación de las mismas, estableció los cimientos en Honduras para la posterior aparición del teatro. Estas pastorelas eran presentadas por el Padre Reyes en las iglesias de Tegucigalpa, una de estas es Navidad Nuestra, que con el tiempo se ha convertido en un clásico del teatro hondureño contemporáneo por su mezcla armoniosa de las diferentes tradiciones presentes en la Navidad hondureña.
Reyes fue un polemista a favor de los derechos de la mujer, esto se ve reflejado en sus pastorelas, donde los personajes femeninos son mujeres con mucha voz. Es célebre un escrito suyo aparecido con el seudónimo de Sofía Seyers, el cual es todo un manifiesto feminista, donde Reyes aboga porque se cumpla en las mujeres el derecho más elemental de la educación. Muchas de las ideas expresadas por Reyes en ese artículo están inspiradas en las socialistas francesas y en las ideas ilustradas de la Revolución francesa, de las que el padre Reyes en su faceta política fue un gran divulgador.
Reyes tuvo un talante afín a la Ilustración, a lo mejor del humanismo y al arte religioso.
Él estaba convencido de la importancia de las artes (del teatro en particular) como instrumentos para civilizar y hacer progresar a las naciones. Durante su vida en 
Tegucigalpa libró grandes batallas contra los excesos del fanatismo y la superstición política y religiosa.
José Trinidad Reyes y Sevilla nació el 11 de junio de 1797 en la cuidad de San Miguel, Tegucigalpa, es hijo legítimo de Felipe Santiago de Reyes —honrado profesor de música, quien le instruyó en lo básico de la materia— y de doña María Francisca Sevilla.
Fue bautizado el 14 de junio del mismo año, a los 3 días de nacido, por el Reverendo Padre Fray Nicolás Hermosilla, y su madrina fue doña María Josefa Araurrenechea. En su partida de bautismo se lee el su nombre completo; Juan José Sahagún de la Santísima Trinidad.
En 1804 ingresó a una escuela privada de Tegucigalpa y comenzó a aprender la lectura y la doctrina de la fe católica con la señorita Gómez, una de las llamadas “las maestras”.
En 1812, a la edad de quince años, aprendió la lengua latina gracias al fraile Juan Altamirano, del convento de Nuestra Señora de las Mercedes, también recibió clases de dibujo bajo la dirección de don Rafael U. Martínez, pintor guatemalteco radicado en Honduras, así como clases de música.
El 20 de enero de 1815, sale de Tegucigalpa rumbo a la ciudad de León, en Nicaragua, con el fin de avanzar en sus estudios, bajo la guardia de un labrador del barrio de La Plazuela, llamado Miguel Álvarez, y acompañado de los devotos que iban en romería al pueblo El Viejo, de la ciudad de León.
Estando allí, obtuvo un título de Bachiller en 
Filosofía, Teología y Derecho Canónico y, mientras estudiaba, un puesto de ayudante del Maestro de Capilla en la catedral de León, donde perfeccionó sus conocimientos en música.
En 1819 entra como novicio al Convento de los Recoletos de León, y se ordena de Menor. Luego, en 1820, se ordena de Subdiácono en el mismo convento.

[editar]Vida como diácono y presbítero

En 1822 comienzan con su profesión religiosa, diácono y presbítero, recibiendo las órdenes del Obispo de la ciudad, García Jerez.
En 1825, debido a la guerra civil desatada en Nicaragua, los Recoleto fueron expulsados y se vieron obligados a ir a Guatemala. Allí, Reyes, estudió los clásicos griegos y latinos; a los dramaturgos españoles Lope de Vega y Calderón de la Barca y reconoció algunas piezas teatrales traídas de México, en especial de Oaxaca y Chiapas, además también finalizó su formación humanista y religiosa.
En 1828, con permiso de sus superiores, Reyes regresó a Honduras para pasar una temporada cerca de su familia. Pasó por la ciudad de Chiquimula y se detuvo en Esquipulas; donde se cuenta que perdió el sentido de la vista, sanado a los pocos días. La tarde del 13 de julio del mismo año, llegó a la vecina villa, llamada La Concepción o Comayagüela y al día siguiente celebró su primera misa, llevada a cabo iglesia de La Concepción.
Imposibilitado para regresar a 
Guatemala, se instaló el desocupado Convento de Nuestra Señora de la Mercedes, ubicado en Tegucigalpa, «que había de ser hasta su muerte, su habitual vivienda», como dice su connotado biógrafo, Ramón Rosa, quien también comenta «Lo que fue una desgracia para las órdenes religiosas resultó una fortuna para Honduras».
En 1830 Escribió en verso, una felicitación de cumpleaños al General don Francisco Morazán, entonces presidente de Centro América.
En 1835 reedificó la capilla del templo de La Merced y los templos de San Francisco y de El Calvario. También edificó los pequeños templos de Las Casitas, el templo de Soraguara y el de Suyapa, ya esta último famosa por su pequeña virgen. También ayudó al señor don Antonio Tranquilino de la Rosa, en su obra de reparación de la iglesia Parroquial de Tegucigalpa, que estaba en ruinas debido a los sacudimientos terrestres de 1809.
En febrero de 1837 pronunció un sermón panegírico con motivo de la restauración de la Iglesia Parroquial de Tegucigalpa, donde estrenó su misa: "El Tancredo". El mismo año, debido a la ayuda y consolación que brindaba a las víctimas del cólera asiático, sufrió un ataque de este, pero logró salvarse, después de «estar entre la vida y la muerte», según Ramón Rosa.
en 1838 Escribió su Segunda Pastorela, llamada Micol, dedicada a las señoritas Juana y Rafaela Robelo. Anteriormente ya había escrito Noemí que, según fuentes fidedignas, es la más antigua de todas, escrita entre 1828 y este año.
En 1840 escribió su auto: Adoración a los Santos Reyes Magos, dividido en tres actos.
En 1841 estrenó en Tegucigalpa su pastorela Micol.
En 
1842 fue propuesto en la nómina de candidatos eclesiásticos para ocupar el obispado de Honduras. Fue nombrado, sin embargo, el presbítero don Francisco de Paula Campoy y Pérez, que había sido antes Vicario Departamental de Gracias. Se han rebatido, con pruebas fehacientes, los argumentos del doctor Ramón Rosa, quien asegura que el Padre Reyes fue nombrado Obispode Honduras por Gregorio XVI.
En 1845 viajó a la ciudad de Comayagua, en donde trató al recientemente consagrado Obispo de Honduras, Campoy y Pérez. Ramón Rosa afirma que el Padre Reyes se hallaba en esa ciudad en calidad de detenido por orden del General Francisco Ferrera.
El 14 de diciembre de este año, se instaló en la Casa de Gobierno, la llamada "
Sociedad del Genio Emprendedor y del Buen Gusto", cuna de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras y de la cual el Padre Reyes era rector y fundador. Reyes, en calidad de rector, pronuncia en esta ocasión un elocuente discurso de inauguración, cuyo texto lo ha rescatado el venerado maestro Esteban Guardiola en su historia de la universidad de Honduras.


Retrato del Padre José Trinidad Reyes, hecho por Teresa de Fortín, ubicado en la Galería Nacional de Arte.
En 1846 se encuentra nuevamente en Comayagua, donde escribe el 23 de mayo, su Elegía al General don Francisco Ferrera, en la muerte de su hijo Fulgencio. Esta composición demuestra, relativamente, que no existía alguna enemistad con el General Francisco Ferrera, al contrario, el texto prueba una reconocida familiaridad.
En junio de 1847, muere en Tegucigalpa la madre de Reyes, por la cual Reyes nuevamente asiste a dicha ciudad.
El 19 de septiembre, Reyes, inauguró la Universidad de Honduras, presidiendo el acto con el Jefe de Estado don 
Juan Lindo y el Obispo Campoy y Pérez. Este mismo año, organizó la primera Biblioteca de Honduras, llamada Biblioteca de la Academia y hace funcionar la primera Imprenta al país (también llamada Imprenta de la Academia) que fue traída por el General Francisco Morazán en 1829. También, Reyes trajó el primer piano a la ciudad de Tegucigalpa, el cual se cree que se encontraba en el municipio de Ojojona, y era propiedad de la familia Díaz Zelaya, pues no está comprobado históricamente.
Este año escribió uno de sus conocidos Cuando…, composiciones satíricas y llenas de familiar humor. De estas composiciones sólo se conservan dos ejemplares, escritos en décimas octosílabas y que terminan con la exclamación “cuando”.
En 1848 escribió, en una invitación que le hicieron los estudiantes a la sociedad de Tegucigalpa, su conocida: "Invitación para el paseo a la laguna", fechada el 9 de febrero.
En 1849 muere su padre, víctima de una enajenación mental.
El 16 de abril de 1850 Reyes escribió su poema Honduras, que consta de seis octavas en decasílabos y está dedicado a los señores generales don Gerardo Barrios, don Trinidad Cabañas, y a todos los soldados, oficiales y jefes de El Salvador y Honduras.
El 29 de septiembre del mismo año escribió su poema A la independencia, que consta de siete octavas en decasílabos, y un cuarteto del mismo autor, como epígrafe.
El 2 de febrero de 1851, día de la Candelaria, estrenó su Pastorela Elisa, dedicada a las señoritas Juana y Jerónima Godoy. La estrenaron las señoritas Teodora González, después de Vigil y don Juan Ramón Pereda.
Para entonces ya había escrito y estrenado sus Pastorelas: Neftalia, Selfa y Rubenia. La primera fue dedicada a las señoritas María e Isidora Reyes, la cual fue escogida para el papel de Séfora. Las otras dos pastorelas fueron dedicadas a las señoritas Manuela Vega, después de Ugarte; a Juana Velásquez, después de Bonilla y a Maclovia Bonilla, después de Dávila.
Este año también preparó su Pastorela Albano, que dedicó a la señorita Raimunda Milla, cuyo estreno estaba anunciado para 
1851, pero que finalmente sólo quedó ensayada. «No se representó porque fue anunciado que apedrearían a los pastores debido a las alusiones a ciertos personajes políticos. Otros afirman que no obstante la amenaza, se dio la representación», Esto diceRamón Rosa.
El 15 de septiembre de 1852 dio su Discurso Político-Religioso en la inauguración del Congreso Centro Americano, reunido en Tegucigalpa, en el cual figuró en primera línea, como diputado de la nación. el 10 de octubre escribió y dió a conocer para dicha ocasión su llamada octavas a los diputados del congreso nacional constituyente.
El 10 de septiembre de 1853 escribió su Canto Elegíaco, a la muerte del señor Obispo don Jorge Viteri y Ungo,

[editar]Muerte

A principios de 1855, Reyes comenzó a enfermarse del estómago y fue atendido por los doctores don Máximo Soto y don Hipólito Matute. Este año publicó sus Lecciones elementales de Física, que en el mes de marzo, con la Imprenta de la Academia, se convirtió en libro de texto para la juventud de la época.
Antes del mes de junio, emprendió un viaje a la ciudad de Comayagua, «a visitar al ilustrísimo señor Obispo, don 
Hipólito Casiano Flores, que había venido de consagrarse de El Salvador, y a quien acompañó en su primera Misa Pontificial», dice Ramón Rosa.
Próximo a morir, escribió su pastorela más lograda poéticamente, Olimpia, nombre que probablemente está inspirado en la feminista francesa 
Olimpia de Gouges, asesinada durante la Revolución Francesa por su lucha por la igualdad entre hombres y mujeres, pues Reyes defendía los derechos de la mujer. Esta obra fue dedicada a la señorita Trinidad Boquín.
Se retiró al campo, a la vecina aldea de Soroguara —posiblemente a fines de julio para recuperar su salud y regresó a fines de agosto a 
Tegucigalpa, donde, permaneció en el lecho desde mediados de septiembre hasta su muerte el 20 de este mes, a las diez de la mañana, rodeado de sus discípulos y familiares, en la pieza que hoy ocupa el Archivo Nacional y que da al tras patio del edificio. Sus restos están sepultados en el presbiterio de la Iglesia Parroquial, en el lado norte.
Lempira (cacique lenca)
Lempira (m. 1537) fue un capitán de guerra del pueblo de los lencas que luchó contra los españoles durante la década de 1530, en los documentos escritos durante la conquista española, es mencionado con el nombre de El Lempira.
Era un indígena de origen Lenca, de mediana estatura, de espalda ancha y de gruesos miembros. Era bravo y desde muy joven mostró gran valor, sentía un amor entrañable por su pueblo, su tierra, sus leyes y sus costumbres.
El nombre Lempira, según sostienen Jorge Lardé y Larín, proviene de la palabra Lempaera, que a su vez procede de dos vocablos de la lengua lenca: de lempa, que significa "señor" —título de alte dignidad o jerarquía—, y de era, que significa “cerro o sierra”. Así pues, Lempira, vendría a significar “Señor de la sierra” o “Señor del cerro”.
Lempira fue comisionado por Entepica para que organizara la resistencia a la penetración de las tropas españolas en 1537, teniendo como base el cerro de Cerquín. Cuando los españoles llegaron a Cerquín, Lempira se encontraba luchando contra caciques vecinos, pero debido a esta amenaza, Lempira se alió con el subgrupo lenca de los Cares y consiguió reunir un ejército de casi 30.000 soldados, procedentes de 200 pueblos.
Debido a ello, otros grupos se alzaron también en armas en el valle de Comayagua, en Olancho. Los intentos españoles para derrotarles, dirigidos por Francisco de Montejo y su lugarteniente, Alonso de Cáceres, resultaron infructuosos antes de 1537.

Con la muerte de Lempira se consolidó el dominio territorial español sobre la región central y occidental de Honduras y se fundaron nuevos poblados, entre ellos, Gracias, en 1539. Historia Tradicional de la Muerte de Lempira

En la versión tradicional, que se basa en la obra del cronista Antonio de Herrera y Tordesillas, Historia general de los hechos de los castellanos en las islas y en tierra firme del mar Océano.
Herrera afirma que Lempira murió a traición. Los españoles lo convencieron para que aceptara encontrarse con dos representantes de Alonso de Cáceres para negociar la paz. Durante la reunión, un 
arcabucero disparó a Lempira repetidas veces desde un caballo, lo que puso fin a la vida del héroe Lenca.

[editar]Historia en el Archivo General de Indias

Existe otra versión sobre la muerte de Lempira, encontrada en la Probanza de Méritos, un documento redactado en México en 1558 por Rodrigo Ruiz, y descubierto por Mario Felipe Martínez Castillo en el Archivo General de Indias de Sevilla.
Este documento trata del servicio de Rodrigo Ruiz en la conquista de Honduras con Francisco de Montejo, y afirma que el capitán "El Empira", murió en combate con Ruiz en medio de un "guazavara" (algazara o batalla inesperada) y después, Ruiz le cortó la cabeza como prueba fehaciente de la muerte de Lempira. El texto incluyen como testigos a Alonso de Maldonado yCatalina de Montejo.
La moneda nacional de Honduras recibió el nombre del caudillo, el lempira (código ISO 4217: HNL). También conmemora al héroe lenca la ciudad de Puerto Lempira, capital del departamento hondureño de Gracias a Dios, así como el ya citado departamento de Lempira.
Francisco Morazán
Francisco Morazán Quezada (Tegucigalpa3 de octubre de 1792 – San José de Costa Rica15 de septiembre de 1842)1 2 fue un militar ypolítico que gobernó a la República Federal de Centro América durante el turbulento periodo de 1827 a 1842.
Saltó a la fama luego de su victoria en la legendaria Batalla de La Trinidad, el 11 de noviembre de 1827.3 Desde entonces, y hasta su muerte en1842, Morazán dominó la escena política y militar de Centroamérica.
En el ámbito político, Francisco Morazán fue reconocido como un gran pensador y visionario. Intentó transformar a Centroamérica en una nación grande y progresista. Durante su gestión como mandatario de la República Federal, Morazán promulgó las reformas liberales, las cuales incluyeron: la educación, libertad de prensa y de religión entre otras.4 Además limitó el poder de la Iglesia Católica con la abolición del diezmo de parte del gobierno y la separación del Estado y la Iglesia.5
Con estas reformas Morazán se ganó enemigos poderosos, y su período de gobierno estuvo marcado por amargas luchas internas entre liberales yconservadores.5 Sin embargo, a través de su capacidad militar, Morazán se mantuvo firme en el poder hasta 1837, cuando la República Federal se fracturó irrevocablemente. Esto fue explotado por la Iglesia y los líderes conservadores, que se unieron bajo el liderazgo de Rafael Carrera, y, con el fin de proteger sus propios intereses, terminaron por dividir a Centroamérica en cinco estados.

Primeros años y su educación

José Francisco Morazán Quezada nació el 3 de octubre de 1792 en Tegucigalpa, entonces parte de la Intendencia de Comayagua, Capitanía General de Guatemala, durante los últimos años del dominio de la colonia española. Sus padres fueron Eusebio Morazán Alemán y Guadalupe Quezada Borjas, ambos miembros de una familia criolla de clase alta dedicada al comercio y la agricultura.7 Sus abuelos fueron: Juan Bautista Morazán, emigrante corso,8 y María Borjas Alvarenga.7 Trece días después de su nacimiento, Morazán fue bautizado en la iglesia de San Miguel Arcángel, por el padre Juan Francisco Márquez.
Francisco Morazán fue en su mayor parte un hombre autodidacta.9 En 1804, sus padres aprovecharon la apertura de una escuela católica en el pueblo de San Francisco donde enviaron al joven José Francisco.10 Según el historiador Ramón Rosa, Morazán «tuvo la desgracia de nacer [...] en esa época triste de aislamiento y la oscuridad total en que Honduras carecía de escuelas. [...] Morazán pues, tuvo que aprender sus primeras letras, lectura, escritura, las reglas elementales de la Aritmética en escuelas privadas de pésima organización y sostenidas con una especie de contribución que aprestaban los padres de familia».11 Las enseñanzas que recibió fueron a través de fray Santiago Gabrielino, nombrado instructor religioso a la de Guatemala el sacerdote José Antonio Murga.
En 1808, José Francisco se trasladó junto a su familia a Morocelí.12 Allí trabajó en los terrenos heredados por Don Eusebio Morazán. Además, tuvo la oportunidad de laborar como empleado de la alcaldía. En 1813 la familia se mudó de regreso a Tegucigalpa. Una vez allí, el Sr. Eusebio puso a su hijo bajo la tutoría de León Vásquez, quien le enseñó derecho civil, proceso penal y notariado. Al mismo tiempo, tuvo la oportunidad de aprender a leer francés en la biblioteca de su tío político, Dionisio de Herrera, lo cual le permitió familiarizarse con las obras de Montesquieu, el contrato social de Jean-Jacques Rousseau, la Revolución francesa, la historia de Europa, así como las biografías de los líderes griegos y romanos. Esta dedicación y espíritu de superación, llevó de vez en cuando a José Francisco a destacar en su ciudad natal, donde llegó a representar los intereses de algunas personas ante el tribunal colonial.13

[editar]Matrimonio y familia

Francisco Morazán se casó con María Josefa Lastiri en la Catedral de Comayagua el 30 de diciembre de 1825. De este matrimonio nació en San Salvador Adela Morazán Lastiri en 1838: la única hija de Morazán. María Josefa pertenecía a una de las familias más ricas de la provincia de Honduras. Su padre fue el comerciante español Juan Miguel Lastiri, quien jugó un papel importante en el desarrollo comercial de Tegucigalpa. Su madre fue Margarita Lozano, miembro de una poderosa familia criolla en la ciudad. María Josefa era una viuda quien se había casado primeramente con el terrateniente Esteban Travieso, con quien procreó 4 hijos. A su muerte, Lastiri heredó una fortuna. La herencia de María Josefa y el nuevo círculo de amigos poderosos e influyentes, que salieron de este matrimonio, ayudaron en levantar en gran medida los negocios del propio Morazán, y por lo consiguiente sus proyectos políticos.
Fuera de su matrimonio, Francisco Morazán fue padre de un hijo, Francisco Morazán Moncada, quien nació el 4 de octubre de 1827 de la relación del general con Francisca de Moncada, hija de un conocido político nicaragüense llamado Liberato Moncada. Francisco Morazán hijo vivió en la casa del matrimonio Morazán-Lastiri, y acompañó a su padre en Guatemala, El Salvador, Panamá, Perú y finalmente en Costa Rica. Después de la muerte de su padre, Francisco Morazán Moncada se radicó en Chinandega (Nicaragua), donde se dedicó a la agricultura. Murió en 1904, a los 77 años de edad. El general Morazán también tuvo un hijo adoptivo llamado José Antonio Ruiz. Él era el hijo legítimo de Eusebio Ruiz y la dama guatemalteca Rita Zelayandía, quien entregó a su hijo al general Morazán, cuando el muchacho tenía solamente 14 años de edad. José Antonio acompañó a su padre adoptivo en las varias acciones militares y se convirtió en un general de brigada. Murió en Tegucigalpa en 1883.13

[editar]Inicios de su carrera política y militar

La Capitanía General de Guatemala se independizó de España en 1821.14 Fue en ese entonces cuando Francisco Morazán comenzó a tomar parte activa en la política. Trabajó en el ayuntamiento de Tegucigalpa, donde se desempeñaba como secretario del alcalde Narciso Mallol y como defensor de oficio en casos judiciales en materia civil y criminal, entre otras cosas. Esto le permitió a Morazán llegar a adquirir un gran conocimiento de la estructura y funcionamiento de la administración pública de la provincia. Así también le permitió entrar en contacto cercano con los problemas de la sociedad colonial.4
El 28 de noviembre de 1821 llegó a Guatemala una nota del general Agustín de Iturbide sugiriendo que el Reino de Guatemala, y el Virreinato de México, formaran un gran imperio bajo el Plan de Iguala y los Tratados de Córdoba.15 La Junta Provisional Consultiva declaró que esta no era una orden inmediata para tomar tal determinación, sino una opción; por lo que era necesario explorar la voluntad y escuchar la opinión del pueblo de Centroamérica.16 Con esta idea, se celebraron cabildos abiertos en diferentes partes del Reino, ya que la nueva forma de gobierno debía ser decidida por el congreso que se reuniría en 1822.15
La cuestión de la anexión a México provocó divisiones al interior de cada una de las provincias dado que unas ciudades estaban a favor de ésta y otras en contra. En Honduras, por ejemplo,Comayagua ―a través de su gobernador José Tinoco de Contreras― se pronunció a favor de la anexión; pero Tegucigalpa, la segunda ciudad más importante de la provincia se opuso a la idea de la misma.15 Esto provocó que Tinoco tomara acciones represivas contra las autoridades de esa ciudad. Ante esta situación se organizó en Tegucigalpa un ejército de voluntarios, con el fin de contrarrestar la agresividad de Tinoco y defender su independencia. Fue durante estos acontecimientos que Francisco Morazán se enlistó como voluntario, al servicio de las autoridades de Tegucigalpa. Fue designado como capitán de una de las compañías, por decisión de los jefes oficiales que organizaron las milicias. Así comenzó la vida militar de Morazán y su lucha contra los intereses conservadores.17
Tegucigalpa, sin embargo, no pudo mantener su oposición, y se vio obligada a reconocer su anexión a México el 22 de agosto de 1822. La anexión al Imperio Mexicano de Agustín de Iturbide duró poco, porque este abdicó el 19 de marzo de 1823, y el 1 de julio de ese mismo año, Centroamérica proclamó su independencia definitiva, y se convirtió en las Provincias Unidas del Centro de América.18 Posteriormente, el 28 de septiembre de 1824, Francisco Morazán fue nombrado secretario general del gobierno de su tío político y primer jefe de Estado de Honduras, Dionisio Herrera. Esto fue hasta 1826, cuando se convirtió en presidente del Consejo Representativo.
Antecedentes de la republica
Luego de la independencia de Centroamérica de España en 1821, y su posterior emancipación absoluta del 1 de julio de 1823, la nación centroamericana quedó finalmente libre e independiente. Esta nueva nación pasó a llamarse Provincias Unidas de Centroamérica, y quedó conformada por los estados de GuatemalaHondurasEl SalvadorNicaragua y Costa Rica.16 Al año siguiente, el Congreso Constituyente se reunió en la Ciudad de Guatemala con el objetivo de decidir cual sería el sistema de gobierno a través del cual se regirían los destinos de la joven nación. En la mesa de debates se presentaron dos propuestas diferentes:
§  Los liberales apostaban por un gobierno federalista, influenciado por la Constitución de los Estados Unidos (de 1787) y por la de Cádiz (de 1812).16
Este tipo de gobierno le daba a cada Estado mayor independencia o autonomía de administrarse y de crear sus propias leyes y reformas, entre otras cosas; pero siempre bajo la supervisión del Gobierno Federal, garante de una Constitución.
§  Los conservadores, por otro lado, se inclinaron por un gobierno centralista. A través de este sistema, deseaban un centro de control y administración único. En este sistema, las decisiones y leyes eran adoptadas en la capital de la nación y se aplican a todos las demás estados por igual.
§  Después de debatir las dos propuestas, los liberales, quienes eran mayoría, hicieron valer esta ventaja y ganaron el derecho de adoptar la 'tesis federalista', ante el descontento de los conservadores.
Posteriormente, el 22 de noviembre de 1824, bajo el lema «Dios, Unión y Libertad», la Constitución fue aprobada y la nación pasó a llamarse República Federal de Centroamérica.16 Bajo la nueva Constitución, resultó electo presidente Manuel José Arce del Partido Liberal, quien prometió transformar la economía y la sociedad centroamericana a través de sus reformas liberales, pero a los pocos meses, Arce se encontró con una gran oposición por parte de los conservadores, quienes por su influencia social y enorme poder económico, no permitieron ningún tipo de avance en sus programas de gobierno, al estar convencido de sus limitaciones. Arce terminó por abandonar sus programas de gobierno y decidió aliarse con el partido de la oposición. Esta nueva posición de Arce, le dio a los conservadores el control del gobierno federal casi por completo.

PolíticaFrancisco Morazán ganó el voto popular de la elección presidencial de 1830, en contra del retador moderado José del Valle. El nuevo presidente tomó posesión el 16 de septiembre. En su discurso inaugural, declaró: «El Pueblo soberano me manda colocarme en el más peligroso de sus destinos. Debo obedecer y cumplir el solemne juramento que acabó de prestar. Ofrezco sostener la Constitución Federal que he defendido como soldado y como ciudadano».4

Con Francisco Morazán como presidente y con su apoyo hacia los gobernadores, los liberales habían consolidado el poder. De esta forma, el nuevo mandatario y sus aliados se ubicaron en una posición inmejorable para implementar sus reformas, las cuales estaban inspiradas en la filosofía de lailustración. A través de estas, el presidente intentaria desmantelar en Centroamérica lo que él consideraba eran instituciones arcaicas25 heredadas de la época colonial ya que solo habían contribuido al atraso en la región. Según el viajero John Stephens Lloyd, el general Morazán deseaba para su pueblo una sociedad basada en la educación universal, libertad religiosa e igualdad social y política.26
En 1831, Morazán y el gobernador Mariano Gálvez convirtieron a Guatemala en un laboratorio político. Se supervisó la construcción de escuelas y carreteras,27 se promulgaron políticas de libre comercio; fue invitado el capital extranjero y los inmigrantes; se permitió el matrimonio, el divorcio secular y la libertad de expresión; se pusieron a disposición las tierras públicas para la expansión de la cochinilla; fue separada la Iglesia del Estado; los diezmos fueron abolidos; se proclamó la libertad de religión; los bienes eclesiásticos fueron confiscados, se suprimieron las órdenes religiosas, y se le retiró a la iglesia el control que tenía sobre la educación,25 entre otras políticas.
Con la implementación de estas medidas revolucionarias,28 Morazán se convirtió ―según el escritor Adalberto Santana― en el primer mandatario de América Latina que aplicó a su gestión un pensamiento liberal.29 Ello asestó un duro golpe al corazón de la oligarquía guatemalteca. Pero más importante aún, se despojó al clero español de sus privilegios, y redujo su poder.
De acuerdo a la escritora María Wilhelmine Williams: "Las razones inmediatas para la diferentes promulgaciones variaban. Algunas leyes estaban destinadas a proteger el estado del clero... Otras apuntaban a ayudar a recuperar el tesoro público, y, al mismo tiempo, barrer con el privilegio aristocrático; mientras que otra legislación ―en especial las últimas― fue promulgada para castigar la oposición a hechos anteriores e intrigas contra el gobierno", cuando Francisco Morazán llegó al poder.30 En aquel entonces, el general tuvo que expulsar del país al Arzobispo Ramón Casaus y Torres y otros miembros de las órdenes monásticas, ya que estaban bajo sospecha de oponerse a la independencia. Durante la guerra civil, los líderes religiosos habían usado su influencia en contra del general y del partido liberal. También se habían opuesto a las reformas, en particular a los que tenían que ver con la educación universal, la cual los liberales estaban decididos a implementar a cualquier costo.30
En marzo de 1832, estalló otro conflicto en El Salvador. El jefe de Estado José María Cornejo se había rebelado en contra de algunos decretos federales, lo que obligó al presidente Morazán a actuar de inmediato. El comandante en jefe a la cabeza de las tropas federales marcharon a El Salvador donde vencieron al ejército del jefe Cornejo el 14 de marzo de 1832. El 28 del mismo mes, Morazán había ocupado San Salvador. A partir de entonces, comenzaron los rumores sobre la necesidad de reformar la Constitución.23

[editar]Periodo 1834-1838

En 1834, a petición del gobernador Mariano Gálvez, el general Morazán trasladó la capital de la República Federal a Sonsonate y posteriormente a San Salvador.23 El mismo año, habían terminado los primeros cuatro años de la presidencia de Francisco Morazán. De acuerdo a la constitución de 1824, nuevas elecciones debían celebrarse con el fin de elegir al próximo presidente. El moderado José Cecilio del Valle se presentó en contra de el presidente en ejercicio Francisco Morazán. Por este motivo, el general depositó la presidencia en Gregorio Salazar, para que el Congreso federal verificase la imparcialidad de la elección.
Cuando todos los votos fueron contados, José del Valle derrotó a Francisco Morazán.23 El resultado de las elecciones federales demostraron una fuerte oposición popular a las reformas liberales. Valle, sin embargo, murió antes de asumir el cargo. La mayoría de historiadores coinciden en que si Valle no hubiese fallecido, él pudo haber creado un gobierno de conciliación entre las fuerzas de oposición (liberales y conservadores). Debido a estos hechos, el día 2 de junio, el Congreso Federal convocó a una nueva elección la cual fue ganada por Francisco Morazán. El 14 de febrero de 1835 fue juramentado como presidente para un segundo mandato.
En febrero 1837 se produjeron en Centro América una serie de acontecimientos dramáticos, los cuales encendieron una revolución la cual culminó con el fin de la Federación. Una epidemia de cólera31 azotó el estado de Guatemala dejando aproximadamente 1000 muertos y 3000 infectados con el virus. La epidemia golpeó especialmente a los pobres y a los indios en las tierras altas del estado. Ésta se propagó de forma rápida y el gobierno de Mariano Gálvez con la esperanza de aliviar la situación, envió a los médicos disponibles, enfermeras, y estudiantes de medicina y los remedios para su distribución. Pero estas medidas fueron de poca ayuda, porque los indios continuaban muriendo.
En el momento en que apareció el cólera, los indios del distrito de Mita, influenciados por sus sacerdotes, se encontraban furiosos por el sistema de juicio por jurado (incomprensible para ellos), que el Jefe Gálvez había introducido.32 La iglesia vio todo esto como una oportunidad de asestarle un golpe al gobierno liberal de Mariano Gálvez. Los sacerdotes locales difundieron el rumor de que el gobierno había envenenado los ríos y arroyos con el propósito de aniquilar a la población indígena.23 Como prueba de ello, mostraban a los indios una reciente concesión de territorio en Verapaz que se había hecho a una empresa de colonización británica.30
Los desenfrenados indios repudiaron a sus supuestos asesinos. Con el cólera extendiéndose, tomaron las armas, mataron a la gente de raza blanca y a los liberales, quemaron sus casas, y se prepararon para enfrentar el gobierno de Gálvez quien envió un ejército para tratar de detener la revuelta. Pero las medidas del ejército eran tan represivas, que empeoraron las cosas. En junio, Santa Rosa de Mita se levantó en armas y desde el pueblo deMataquescuintla surgió un nuevo caudillo de nombre Rafael Carrera y Turcios. El joven Carrera era analfabeto,30 pero astuto y carismático, un excriador de puercos que se había convertido en asaltador de caminos, a quien los rebeldes querían como su líder.
Los sacerdotes anunciaron a los nativos que Carrera era su ángel protector, que había descendido de los cielos para tomar venganza sobre los herejes, los liberales y los extranjeros y para restaurar su dominio antiguo. Idearon varios trucos para hacerles creer a los indios esta ilusión, los cuales fueron anunciados como milagros. Entre ellos, una carta fue lanzada desde el techo de una de las iglesias, en medio de una vasta congregación de indios. Esta carta supuestamente venía de la Virgen María, la cual comisionaba a Carrera a liderar una revuelta en contra el gobierno.33
Bajo gritos de «¡Viva la religión!» y «¡Muerte a los extranjeros!», Carrera y sus fuerzas iniciaron una guerra contra el gobierno.34 Alentados por estos acontecimientos los conservadores se unieron a la revuelta. Mientras tanto, el gobierno de Mariano Gálvez solicitaba ayuda militar al general Morazán.

Para cuando Morazán arribó a la Ciudad de Guatemala, Gálvez ya había abandonado la jefatura del estado. El grupo en el poder le otorgó plenos poderes para enfrentar a Rafael Carrera, asimismo le ofrecieron la presidencia vitalicia, pero Morazán rechazó esta oferta, porque ello estaba en contra de sus principios liberales. Luego Morazán hizo un llamado a Carrera a deponer las armas, pero el líder rebelde se opuso. Carrera fue derrotado y perseguido por Morazán en varias ocasiones, logrando así pacificar el estado. Pero el general nunca pudo apresar al líder indígena, ya que este simplemente se retiraba a las montañas y regresaba para ocupar las posiciones clave tan pronto como las tropas de Morazán salían del estado de Guatemala.
Para 1838 Morazán presidia sobre una federación moribunda. El Congreso trató de revivir el Gobierno Federal otorgándole el control de sus ingresos aduaneros. Pero Honduras, Nicaragua y Costa Rica se opusieron a ello y utilizaron esta excusa para abandonar la Unión. La Federación había muerto. El 1 de febrero de 1839, Morazán había terminado su segundo mandato como presidente constitucional, el Congreso se había disuelto y no había ninguna base jurídica para nombrar a su sucesor.23 Al final, la ignorancia, el poderío de la Iglesia, las amargas luchas internas entre conservadores y liberales, y la búsqueda de gloria personal,30 fueron las principales razones de la disolución de la Federación.

[editar]Jefe de Estado de El Salvador

Después de concluido su segundo mandato como presidente de la República Federal, Morazán se quedó sin poder político o militar. El 13 de julio de 1839, sin embargo, el general fue elegido jefe de Estado de El Salvador.35 Cuando Rafael Carrera y los conservadores de Guatemala se dieron cuenta del nuevo papel que desempeñaba, decidieron declararle la guerra a El Salvador. El general se había convertido en la personificación misma de la Federación, él era el cuerpo y alma de la Constitución de 1824, eliminarlo significaba terminar con cualquier idea o esperanza que había quedado de la Federación.
Por esa razón, sus enemigos no deseaban que estuviera al mando de esa nación, ni de ningún otro Estado centroamericano y se comprometieron a derrotarlo. El 24 de julio de 1839, Nicaragua y Guatemala celebraron un tratado de alianza en contra del gobierno salvadoreño de Morazán.36 Posteriormente, el 24 de agosto del mismo año, el líder guatemalteco Rafael Carrera y Turcios llamaría a los salvadoreños a la insurrección popular en contra de su presidente. Estos llamados provocaron algunos levantamientos, los cuales fueron aplastados sin mucho esfuerzo por el gobierno.
Al no tener éxito de forma interna, los enemigos del general formaron un ejército compuesto por tropas hondureñas y nicaragüenses. El 18 de septiembre de 1839, Morazán se encontraba en El Salvador para impedir el avance de las huestes de Francisco Ferrera, pero en San Salvador ocurrió un amotinamiento y la plaza era controlada por Pedro León Velásquez; los alzados mandaron un mensaje al general en el que amenazaban con ultimar a su esposa, su hijo Francisco y a la recién nacida Adela si no capitulaba, pero Morazán respondió con estas memorables palabras:
Los rehenes que mis enemigos tienen son para mí sagrados y hablan muy alto a mi corazón, pero soy Jefe del Estado y debo atacar pasando sobre los cadáveres de mis hijos; mas no sobreviviré a tan terrible desgracia.37
Sin embargo, Morazán logró retomar San Salvador, mientras que León Velásquez se entregó sin condiciones y desistió de las amenazas que pesaban sobre la familia del general quien además le perdonó la vida.37
El 25 de septiembre, Morazán triunfó en la Batalla de San Pedro Perulapán,38 en la que solo necesitó de 600 salvadoreños para vencer a los más de 2000 hombres comandados por los generales Francisco Ferrera, Nicolás de Espinosa y Manuel Quijano y García. Después de la derrota, los humillados generales y sus tropas huyeron con rumbo a los estados vecinos, dejando atrás más de trecientos muertos.24
El 18 de marzo 1840 Morazán hizo un último intento por restaurar la Unión. Reunió unos 1300 hombres y con ellos marchó a Guatemala. Una vez posicionado, Morazán marchó desde el sur, atacando a los hombres de Carrera ubicados en la capital. Pero Carrera le había tendido una trampa, pues había sacado la mayor parte de su propia fuerza fuera de la capital, dejando solo una pequeña guarnición, muy visible en el interior. De esta manera Morazán y sus hombres acabaron con la carnada, pero luego se vieron asaltados desde todas las direcciones por las fuerzas de Carrera compuestas por unos 5000 hombres. Fue una batalla notoria por su salvajismo y reveló el lado despiadado de Carrera, cuyos hombres cantaban «Salve Regina», y gritaban «¡Viva Carrera!» y «¡Muerte a Morazán!»39 40
A la mañana siguiente, Morazán se estaba quedando sin municiones. Luego ordenó un aumento en el fuego desde tres esquinas de la plaza, con el fin de llamar la atención, mientras él y algunos de sus oficiales apenas lograban escapar con vida rumbo a El Salvador. La victoria de Carrera fue decisiva.30 El 4 de abril de 1840, ante una junta de notables, Morazán manifestó su renuncia y su resolución a salir del país, pues no deseaba causarle más problemas al pueblo salvadoreño.

Exilio a Perú



El 8 de abril de 1840, el general Francisco Morazán tomó el camino del exilio. Partió desde el puerto de La Libertad (El Salvador), a bordo de la goletaIzalco acompañado por 30 de sus más cercanos amigos y veteranos de guerra.36 Al arribar a Puerto Caldera (Costa Rica) solicitó asilo para 23 de sus oficiales, el cual le fue concedido. Siete de ellos continuaron con el viaje a América del Sur en su compañía. Morazán arribó a Chiriquí, y luego pasó aDavid, Panamá, donde su familia le esperaba. Mientras se encontraba en esta localidad, Morazán fue informado por sus amigos acerca de las terribles persecuciones sufridas por sus partidarios a manos de Rafael Carrera y otros líderes liberales de América Central.
Indignado por estos hechos y por la cadena de insultos y calumnias contra él por algunos miembros de la prensa, Morazán escribió y publicó su famoso Manifiesto de David con fecha 16 de julio de 1841.41 En este manifiesto Morazán ataca a los serviles a quienes acusa de ser «hombres mezquinos» y abusadores de los derechos más sagrados del pueblo. Asimismo les recuerda que se opusieron a la independencia de Centroamérica, y sacrificaron la libertad al unirse al imperio de Iturbide.42 Por lo tanto les hace saber que Centroamérica no es su patria, sino la patria de aquellos que hicieron «resonar el grito de la independencia en todo el Reino de Guatemala... y se sintieron electrizados con el sagrado fuego de la libertad».42
Morazán todavía se encontraba en David cuando recibió llamadas de sus colegas liberales en Costa Rica. Braulio Carrillo, gobernador de ese estado, había restringido las libertades individuales, limitado la libertad de prensa, y había derogado la Constitución Política de 1825 que fue sustituida por una nueva carta constitucional, denominada «Ley de Bases y Garantías», la cual declaraba, en sus artículos 1 y 2, que el Jefe de Estado de Costa Rica era «elegido por el pueblo» (artículo 1) y que este era «inamovible» (artículo 2), lo que sus enemigos convirtieron en «vitalicio», llamándole entonces «dictador» una y otra vez.43 Por otra parte, Carrillo también había declarado a Costa Rica un Estado libre e independiente. A pesar de estos hechos, Morazán quiso mantenerse alejado de los asuntos políticos de Centroamérica, y continuó su viaje rumbo a Perú. Una vez en Lima, recibió la invitación del Mariscal Agustín Gamarra para comandar una división peruana, en momentos en que su país estaba en guerra con Chile.44 Sin embargo Morazán se negó, porque se encontró con que esta guerra era muy confusa. Desde hacía más de doce años las disensiones entre las Repúblicas de El Perú y Bolivia ―en las cuales se vieron involucrados los Estados de Chile y Colombia― dieron lugar a una serie de guerras con éxitos y fracasos recíprocos, que provocaron funestas etapas de caos entre todas las partes que fueron beligerantes.44
En el Perú, Morazán tuvo la fortuna de encontrar buenos amigos con los que compartía los mismos ideales. Entre estos estaban los generales José Rufino Echenique y Pedro Bermúdez.41Alrededor de 1841, los ingleses comenzaron a intervenir en el territorio de la Mosquitia, ubicado entre Honduras y Nicaragua. Este acontecimiento impulsó a Morazán para poner fin a su auto impuesto exilio en el Perú, y decidió que era hora de regresar a Centroamérica porque lo consideraba un «deber» y un «sentimiento nacional irresistible» no solo para él, sino que para todos «aquellos que tienen un corazón para su patria». Con el respaldo financiero del general Pedro Bermúdez, partió desde El Callao a finales de diciembre de 1841 a bordo del buque Cruzador. En ese viaje fue acompañado por el general Cabañas y Saravia, y otros cinco oficiales. Él y sus compañeros hacieron una parada en Guayaquil, Ecuador y Chiriquí, Panamá, donde tuvo la oportunidad de reunirse con su familia una vez más, antes de regresar a América Central.

[editar]Jefe supremo de Costa Rica

Derrotado por el general Carrera, Morazán abandonó El Salvador y fue a refugiarse a la población panameña de David (Chiriquí), que en esa época era parte de Colombia. Radicado allí, Morazán, concibió, por insinuación de los enemigos de Carrillo, la idea de invadir Costa Rica.45 La oposición a Carrillo era realmente minoritaria, pero su fuerza radicó en la petición de ayuda extranjera que estos hicieron.45 Costa Rica, aunque no le interesaba particularmente, le servía para sus propósitos expansionistas en el resto de Centroamérica, además de que podría proporcionarle hombres, armas y dinero,45 ya que el regresar a Centroamérica y enfrentarse de nuevo con Carrera, era uno de sus objetivos.45
El 7 de abril y sin ningún contratiempo, la flota de Morazán que era compuesta por cinco buques desembarcó en el puerto de Caldera, Costa Rica, pero su marcha no la emprendió hasta el 9 del mismo mes. «Carrillo dictó un decreto en el que mandaba a reunir todo el ejército para la defensa del Estado contra el enemigo extranjero»,45 su plan defensa contemplaba un grupo de hombres a cargo del salvadoreño Vicente Villaseñor, quien con su traición, truncaría dicho proyecto de defensa. «Carrillo no deseaba el derramamiento de sangre, por lo que pensó en hablar con Morazán (...) Carrillo fracasó en su invitación a Morazán. El general invasor tenía ya concertada una entrevista y no precisamente con el mandatario costarricense, sino con Villaseñor, quien le entregaría las fuerzas que habían sido puestas a sus órdenes»,45 así él y Vicente Villaseñor firmaron el Pacto de El Jocote. El acuerdo preveía la integración de un solo cuerpo militar, la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente, la expulsión de Braulio Carrillo y otros miembros de su administración, y la instalación de un gobierno provisional bajo el mando de Francisco Morazán. «Con detenimiento leyó Carrillo el pacto traicionero. Él sabía que aún podía hacerle frente a las fuerzas de Morazán, pero también, que se desataría una ola de sangre. Si a Morazán y a Villaseñor eso no los tenía sin cuidado, a él le preocupaba profundamente. Pensaba que si él era la persona en discusión se haría a un lado, abandonaría el país, sacrificaría su obra (...) Convino Carrillo en dar su aprobación al pacto, previas algunas modificaciones».45 El 13 de abril de 1842, las fuerzas de Morazán entraron en la ciudad de San José,23 «una hora más tarde Carrillo inició su destierro» hacia El Salvador.45
El primer acto de Morazán fue abrir las puertas del Estado a refugiados políticos costarricenses y centroamericanos, también, el nuevo gobernante se dedicó a derogar algunas de las leyes emitidas en la época de Carrillo y se dedicó a otras reformas. Asimismo convocó a una Asamblea Constituyente la cual lo nombró Jefe Supremo del Estado de Costa Rica.46
A su arribo a Puerto Caldera, «Morazán traía consigo un documento que se conoce como Proclama de la Caldera; en éste ofrecía a los costarricenses devolverle la libertad a Costa Rica y proclamaba la guerra contra Carrillo, a quien llamaba tirano, déspota, ignorante y sanguinario»,45 calificativos que «Morazán olvidaba de que él era no menos acreedor de estos epítetos, como no tardó en experimentarlo dolorosamente el pueblo a quien prometía devolver la libertad».47 Para el mes de septiembre de 1842, Morazán ya había perdido la mayor parte del apoyo inicial, que lo había llevado al poder en Costa Rica. Su presencia en Costa Rica había despertado un gran temor en el resto de estados centroamericanos: Guatemala declaró a Costa Rica país enemigo; El Salvador rompió relaciones, y Honduras y Nicaragua desconocieron el gobierno de Morazán. Los cuatro estados se organizaron en la llamada «Confederación de Guatemala», una unión militar contra Costa Rica, en la que acordaron «auxiliarse mutuamente y hacer causa común en caso de que se atacara la independencia de todos y de cualquiera de ellos».48 A esto también se sumó que el 29 de julio de 1842, Morazán, en un largo manifiesto, comunicó a los costarricenses su intención de rehacer la Unión Centroamericana por la fuerza de las armas.Descripción: http://bits.wikimedia.org/static-1.20wmf4/skins/common/images/magnify-clip.png
El 11 de septiembre de 1842 estalló en Alajuela un movimiento popular contra el gobierno de Morazán. Cuatrocientos hombres encabezados por el portugués Antonio Pinto Soares,24 atacaron la guardia de Morazán compuesta por 40 salvadoreños,24 día en que sitiaron el Cuartel de San José (en el sitio del actual Museo Nacional de Costa Rica.50 Ante estos hechos, Morazán y sus hombres logran repeler los ataques y se replegaron en el cuartel general. Desde allí le hicieron frente a los insurrectos que según el historiador Montúfar ascendían a mil hombres.24
La lucha continuó encarnizada y tenaz. A medida que el conflicto era desfavorable a los sitiados el Capellán José Castro propuso una capitulación a Morazán garantizándole la vida, pero él se negó. Después de 88 horas de lucha, Morazán y sus colaboradores más cercanos decidieron romper el sitio. El general José Trinidad Cabañas con 30 hombres hizo posible la retirada de Morazán y sus oficiales cercanos hacia Cartago.24
No obstante, la insurrección se había extendido hasta ese lugar y Morazán tuvo que solicitar ayuda de su supuesto amigo Pedro Mayorga,51 sin embargo, este le traicionó y le brindó facilidades a los enemigos de Morazán para capturarlo junto a los generales Vicente Villaseñor, Saravia y otros oficiales.52 El general Villaseñor quiso suicidarse con un puñal y resultó herido gravemente. Cayó al suelo bañado en sangre pero sobrevivió. El general Saravia murió luego de sufrir una terrible convulsión.51 24
Posteriormente una «burla de juicio» se llevó a cabo,51 en la cual Morazán y Villaseñor fueron condenados a muerte por las autoconstituidas nuevas autoridades.51 De acuerdo al historiador William Wells: «La junta que emitió esta bárbarica resolución estaba compuesta por Antonio Pinto (hecho comandante general en ese momento) el padre Blanco, el infame doctor Castillo, y dos españoles de apellidos Benavidez y Farrufo».51
Después de estos hechos, los condenados fueron trasladados al paredón de fusilamiento52 53 localizado en la plaza central de la ciudad. Antes de llevarse a cabo el acto de ejecución, Morazán le dictó su testamento a su hijo Francisco. En éste, el general estipuló que su muerte era un «asesinato»54 y además declaró: «No tengo enemigos, ni el menor rencor llevo al sepulcro contra mis asesinos, que los perdono y deseo el mayor bien posible».54 Posteriormente le ofrecieron una silla y la rechazó. Al general Villaseñor, que se encontraba sentado e inconsciente y bajo el efecto de un sedante,[cita requerida] Morazán le dijo: «Querido amigo, la posteridad nos hará justicia» y se persignó.
Según relata el historiador Miguel Ortega,52 Morazán pidió el mando de la escolta, se abrió la negra levita, se descubrió el pecho con ambas manos y con voz inalterada ―como quien da órdenes en una parada militar―, mandó: «¡Preparen armas! ¡Apunten!». Entonces corrigió la puntería de uno de los tiradores y finalmente gritó: «¡Apunten! ¡Fue...!». La última sílaba fue apagada por una descarga cerrada. Villaseñor recibió el impacto de los plomos en la espalda y se fue de bruces. Entre el humo de la pólvora, se vio que Morazán alzó levemente la cabeza y musitó: «Aún estoy vivo...».52 Una segunda descarga acabó con la vida del hombre al cual José Martí describió como «un genio poderoso, un estratega, un orador, un verdadero estadista, quizás el único que haya producido la América Central».55 En octubre de 1842, los gobiernos de Centroamérica, satisfechos de que Morazán hubiese desaparecido, reanudaron sus relaciones con Costa Rica.56
En 1848, el gobierno de José María Castro, envió los restos de Morazán a El Salvador, cumpliendo uno de sus últimos deseos.

Retratos de Francisco Morazán

El general Morazán era blanco, ligeramente sonrosado; de cuerpo delgado, alto y recto; el conjunto de facciones constituía una fisonomía tan perfectamente delineada que, viéndola una vez, no se podía olvidar, recordando siempre mucho del tipo griego... Personaje severamente pundonoroso y probo, jamás abusó del poder en provecho propio; el exterior de su familia; su casa, su ajuar, su vestido; todo llevó el sello de la modesta decencia.
José María Cáceres.57
Tenía como 45 años; cinco pies y diez pulgadas de alto; era delgado, con barba y bigote negros y llevaba espada y casaca militar abotonada hasta la garganta. Estaba sin sombrero y la expresión de su cara era suave e inteligente [...] siempre dirigía sus tropas; había estado en numerosas batallas y a menudo había sido herido, pero nunca derrotado.
Ninguna frivolidad se notaba en sus costumbres, tan puras, sencillas y arregladas. Huía de las diversiones, lo mismo que de exhibirse y lucirse. Evitaba las demostraciones de simpatía, los banquetes y las liviandades, pero lo complacía en extremo el trato de los hombres ilustrados, aunque fueran sus enemigos. [...] Nadie le temió, porque jamás se le vio un acto de ferocidad ni ensañamiento. Sus mayores enemigos, deponían sus iras en su presencia, porque viéndole era imposible odiarle.
Antonio Grimaldi.57

Francisco Morazán se convirtió en un mártir y un símbolo de la República de Centroamérica. Él dio su vida, aunque sin éxito, tratando de preservar la unión de estos países. Es evidente, también, que su muerte contribuyó, en cierta medida, para que cada una de estas naciones sean hoy países independientes.

Su imagen se puede encontrar en billetes, logotipos, sellos postales, instituciones, ciudades, departamentos, escuelas y parques, entre otras cosas que preservan su legado. El Salvador fue uno de los primeros países para rendir tributo a Morazán. El 15 de marzo de 1882, el presidente Rafael Zaldívar develó un monumento en su memoria, ubicado en la Plaza Francisco Morazán, y, el 14 de marzo de 1887, la Asamblea Nacional de la República de El Salvador sustituyó el nombre del Departamento de Gotera por Departamento Morazán, «para perpetuar el nombre del gran líder de la Unión Centroamericana».58 También el presidente Doroteo Vasconcelos nombró en su honor la aldea «San» Francisco Morazán. En Honduras, se cambió el nombre del departamento de Tegucigalpa a Francisco Morazán en el año 1943. En Guatemala, la ciudad guatemalteca de Tocoy Tzimá se convirtió en Morazán el 15 noviembre de 1887. En Nicaragua, se fundó Puerto Morazán en 1945.59 60
En el ámbito político la idea de la integración aún se conserva en la mente de muchos centroamericanos. Por ejemplo, el Parlamento Centroamericano (Parlacen) es una institución política consagrada a la integración de los países de Centroamérica, que representa una versión moderna de la histórica República Federal de Centroamérica, aunque sin contar con Costa Rica, pero que incluye a Panamá y a la República Dominicana.61 En el pasado varios intentos infructuosos se han hecho para restablecer la Unión (1851, 1886 y 1921).62
El legado de Morazán está también presente en las artes. La primera obra de registro en El Salvador se titula La tragedia de Morazán, escrita por Francisco Díaz (1812-1845),63 que es una dramatización de la vida del presidente de América Central. Asimismo, en Honduras se escenificó la obra teatral de Luis Andrés Zúñiga Portillo llamada Los conspiradores (1916), el cual fue un drama histórico que honra las virtudes de Francisco Morazán.64 En su libro Canto general, Pablo Neruda también rinde homenaje al «caudillo liberal» con un poema a América Central.65Estatuas y bustos de Francisco Morazán se puede encontrar en Chile, Panamá, El Salvador, Estados Unidos, España, Honduras, Costa Rica y Nicaragua, entre otros.

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